Facundo o civilización y barbarie en la pampa argentina
Autor: Domingo Faustino Sarmiento
Estudio preliminar: Héctor E. Recalde
Propuesta didáctica: Fernando Andino
Páginas: 246
ISBN: 978-987-1309-95-5
Colección: Claves de la Literatura Argentina
Si algo caracteriza a Facundo es su estrecha conexión con los propósitos políticos de Sarmiento. Así ocurrió en sus dos primeras ediciones (Santiago de Chile, 1845 y 1851), que sirvieron al combate ideológico que mantenía contra el gobernador porteño Juan Manuel de Rosas, y con la tercera (Nueva York 1868), publicada en vísperas de su elección presidencial. En este caso, Sarmiento pretendió justificar el ajusticiamiento del “Chacho” (ocurrido en 1863, cuando él era gobernador de San Juan) y probar, al mismo tiempo, su idoneidad para poner fin al caudillismo que calificaba como el mayor problema que debía resolver el país. En la antinomia entre civilización y barbarie -el cuestionado núcleo central de las argumentaciones sarmientinas- los jefes del Interior representaban el lado de la barbarie que había que liquidar y a fin sirvió siempre el Facundo, en muchas de cuyas partes su autor exhibió sus maravillosas dotes de escritor y sus pocos escrúpulos para falsear la realidad cuando convenía a sus fines.
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Facundo o civilización y barbarie en la pampa argentina
Autor: Domingo Faustino Sarmiento
Estudio preliminar: Héctor E. Recalde
Propuesta didáctica: Fernando Andino
Páginas: 246
ISBN: 978-987-1309-95-5
Colección: Claves de la Literatura Argentina
Si algo caracteriza a Facundo es su estrecha conexión con los propósitos políticos de Sarmiento. Así ocurrió en sus dos primeras ediciones (Santiago de Chile, 1845 y 1851), que sirvieron al combate ideológico que mantenía contra el gobernador porteño Juan Manuel de Rosas, y con la tercera (Nueva York 1868), publicada en vísperas de su elección presidencial. En este caso, Sarmiento pretendió justificar el ajusticiamiento del “Chacho” (ocurrido en 1863, cuando él era gobernador de San Juan) y probar, al mismo tiempo, su idoneidad para poner fin al caudillismo que calificaba como el mayor problema que debía resolver el país. En la antinomia entre civilización y barbarie -el cuestionado núcleo central de las argumentaciones sarmientinas- los jefes del Interior representaban el lado de la barbarie que había que liquidar y a fin sirvió siempre el Facundo, en muchas de cuyas partes su autor exhibió sus maravillosas dotes de escritor y sus pocos escrúpulos para falsear la realidad cuando convenía a sus fines.